PROPIEDADES
NUTRITIVAS Y TERAPEUTICAS
Su
gran contenido en hidratos de carbono, principalmente en forma de
glucosa y fructosa hacen de la miel un alimento energético de gran
calidad.
Para
ser absorbidos, los hidratos de carbono se transforman en azúcares
simples, como son la glucosa y la fructosa. La ingestión de la miel
permite, por tanto, una alimentación inmediata e intensiva de todo
el sistema muscular, especialmente, del corazón, al que la glucosa
llega rápidamente.
Sin
embargo, la fructosa contenida en la miel es un azúcar de absorción
digestiva lenta, que es atraída por el hígado, donde se almacena
en forma de glucógeno para ser utilizada cuando el organismo lo
necesite.
Esta
fuente de energía es muy indicada para los atletas, el organismo
puede absorber grandes cantidades de miel y además facilita la digestión
de otros alimentos.
Es
importante también para el desarrollo infantil, porque además de
pasar rápidamente a la sangre, ejerce una buena influencia en la
asimilación del calcio y del magnesio.
La
miel posee
la mayoría de los elementos minerales esenciales para el organismo
humano. Conociendo la importancia de las funciones biológicas que
desempeñan estos elementos minerales no es de extrañar que la miel
se recomiende como sustituto de otros azúcares refinados que sólo
poseen valor energético.
Además,
también contienen vitamina C y varias del grupo B, en pequeñas cantidades,
pero que ayudan a llegar a los niveles mínimos necesarios, junto
con el resto de la dieta.
A
través
de todos los tiempos, la
miel
se
ha empleado como remedio para la salud, unas veces consumiéndola
y otras, aplicándola exteriormente le atribuyen infinidad de propiedades.
Muchos
autores defienden la teoría de que la miel
tiene las propiedades medicamentosas de
las plantas de que proviene, esto no ha sido totalmente probado,
pero sí
es cierto que se han encontrado sustancias farmacológicamente activas
en algunas mieles.
Una
propiedad plenamente reconocida de la
miel es su poder
antiséptico, que unido a su poder demulcente, hacen que la miel
sea un excelente cicatrizante y protector de la piel, siendo muy
empleada tópicamente en quemaduras, heridas y grietas, con excelentes
resultados, empleándose en cirugía hospitalaria (Cuba, Rumania,
Rusia, Polonia).
Las
propiedades emolientes y refrescantes de la
miel
la
hacen también imprescindible de muchos cosméticos y productos de
belleza.
Otra
propiedad farmacológica de la
miel es
su poder laxante. Se considera asimismo relajante y tónica, y además
se utiliza para combatir resfriados y dolencias a la garganta.